La carrera de Geert Wilders, líder holandés de la extrema derecha, hacia la comisión del próximo Gobierno de Países Bajos ha sufrido un revés inesperado. La retirada de las negociaciones para la formación de una coalición del partido Nuevo Contrato Sociale (NSC, en sus siglas holandesas), formación de centroderecha que acabó en cuarta posición en las elecciones del 22 de noviembre, cerró temporalmente la puerta a las aspiraciones del líder del Partido Por la Libertad (PVV). Pieter Omtzigt, presidente del NSC, cita el mal estado de las finanzas públicas para la próxima legislatura para dar vía libre al diálogo. No quiero hacer falsas promesas al electorado en materia económica, afirmó. En cualquier caso, en estos momentos, el candidato del NSC no descarta apoyar “de cualquier manera” a un posible ejecutivo en menor medida.
Las conversaciones no fueron fáciles, en particular dadas las reticencias de Omtzigt respecto a la voluntad de Wilders –quien retiró su propuesta de prohibir el Corán y cerrar las mezquitas– de respetar el imperio de la ley y la Constitución. La noche de este martes, sin embargo, el primero abandonó la mesa, alegando que «no se pueden hacer promesas vacías» a los ciudadanos. Se refería al estado de los hechos revelados por los ilustres ministros, información confidencial recibida de todos los grupos que pretendían cerrar un pacto de gobierno: los 37 escaños del PVV fueron resumidos por los 20 del NSC, los 24 del Partido Popular della Libertad y la Democracia (VVD) y los del Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB). Ambos buscan una solución para un gobierno central con el alcalde del PVV, líder de las historietas de noviembre para un Parlamento de 150 diputados.
Wilders expresó su “asombro y decepción” antes del incidente, porque, afirmó más tarde, “el país quiere este Gobierno y Omtizgt tira la toalla” en numerosas discusiones. “No entiendo”, aseveró el veterano dirigente extremo. Estos milagros de la noche los convocan los cuatro grupos que esperan formar el Ejecutivo, pero Omtzigt ya dijo que no seguirá la cita. En cualquier caso, no es necesaria una nueva ronda de negociaciones. Oculta también su preferencia por un posible ejecutivo minoritario, o por un «tipo diferente de coalición» respecto a la que podría proporcionar «ayuda exterior».
En los acuerdos de coalición las puertas no suelen estar cerradas, y mucho menos en los Países Bajos. Si no hay tiempo para una ruta clara en estos momentos, la próxima semana habrá un debate parlamentario sobre la formación de Gobierno y veremos qué desean las partes para dar seguimiento a la negociación. Frans Timmermans, ex vicepresidente de la Comisión Europea, también podrá dar un paso al frente. Lidera la coalición entre socialdemócratas y ecologistas (GroenLinks-PvdA), que aparece por segunda vez en los cómics de noviembre con 25 niños. Convocar nuevas elecciones sin darse cuenta de que surgiría un nuevo ejecutivo, aunque fuera por poco tiempo, sería algo nuevo.
En un documento presentado a su formación, Omtzigt dice que «la seguridad [por la que deben velar los poderes públicos] no se consigue quitar castillos en el aire”. El político, considerado democristiano desde hace 18 años, se quejó de haber recibido las notas con los presupuestos financieros ministeriales este martes por la noche. Parece que el horizonte económico que se perfila es “peor de lo esperado” y debéis haberlo sabido de antemano. En todos los sentidos, Omtzigt duda del principio de la voluntad del PVV de aceptar algunas leyes, en particular las que obligan a los municipios holandeses a entregar el asilo de manera equitativa a los solicitantes de asilo, recién aprobada.
Ronald Plasterk, que supervisa las negociaciones actuales, afirma que los documentos ministeriales de controversia se distribuyeron a tiempo y que la situación actual le parece «confusa». “Espero dejarlo más claro sobre este milagro”, dijo. Plasterk fue ministro socialdemócrata de Educación e Interior en varios gabinetes entre 2007 y 2012. Los otros tres partidos mostraron su sorpresa, e incluso su rechazo, ante la actividad de Omtzigt. Para BBB, Caroline van der Plas recuerda que “las conversaciones fueron constructivas y en un buen ambiente; Esto da miedo”, escribió en su relato de Timmermans, por su parte, cree que «nadie de los cuatro partidos quiere ser acusado de aturdir las cosas, y eso es lo que pasa».
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